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El acné: Qué es y cómo combatirlo

acne

El acné es una de las enfermedades cutáneas más frecuentes. De hecho, la mayor parte de la población la ha sufrido en algún momento de su vida, especialmente durante la adolescencia. Sin embargo, aunque en la mayoría de casos el acné cesa alrededor de los 25 años, también existe el acné tardío, que va más allá de una molestia temporal. 

Caracterizado por la presencia de espinillas, puntos negros y pústulas en la piel, según la gravedad del acné, este puede causar desde problemas de autoestima y sufrimiento emocional, a cicatrices y marcas en la piel. 

Qué es el acné

El acné es una afección cutánea inflamatoria que se desarrolla cuando los folículos pilosos de la piel se obstruyen con sebo y células muertas de la epidermis. 

Esta obstrucción puede provocar inflamación y la formación de espinillas o granos, puntos negros, quistes y pústulas en la piel, especialmente en áreas donde hay una mayor densidad de folículos sebáceos. Es decir, en la cara, el cuello, el pecho, la espalda y los hombros. 

Causas

Un estudio reciente elaborado por expertos del Departamento de Dermatología y Alergia de Múnich ha encontrado un vínculo crucial entre el acné y un déficit de ácidos grasos omega-3. 

Estos investigadores analizaron a 100 pacientes con acné y al medir los parámetros nutricionales en sangre constataron que el 94% de estas personas tenían niveles de ácidos grasos omega-3. 

Por tanto, se puede concluir que la nutrición juega un papel imprescindible en la prevención y aparición de este trastorno de la piel. 

Pero el acné es un problema multifactorial. Algunas de sus causas son las siguientes: 

  • Producción excesiva de sebo. Las glándulas sebáceas de la piel pueden producir demasiado sebo, un aceite natural que ayuda a mantener la piel lubricada. Cuando se produce en exceso, el sebo obstruye los poros y contribuye a la formación de acné.
  • Proliferación bacteriana. Las bacterias que se encuentran naturalmente en la piel, como la Propionibacterium acnés, pueden multiplicarse en los poros obstruidos y desencadenar una respuesta inflamatoria, lo que lleva a la formación de espinillas y pústulas.
  • Factores hormonales. Los cambios hormonales, como los que ocurren durante la pubertad, el embarazo o el síndrome premenstrual, pueden aumentar la producción de sebo y contribuir al desarrollo de acné.
  • Factores genéticos. Existe evidencia de que el acné puede tener un componente genético, lo que significa que algunas personas pueden tener una predisposición hereditaria a desarrollar la afección.

Síntomas

Los síntomas del acné pueden variar según la gravedad de la afección, siendo estos los más frecuentes: 

  • Espinillas (poros abiertos tapados)
  • Puntos negros (comedones abiertos)
  • Puntos blancos en la piel (puntos de grasa cerrados)
  • Quistes inflamatorios o bultos llenos de pus
  • Irregularidades sensibles rojas y pequeñas (pápulas)
  • Enrojecimiento e inflamación alrededor de las lesiones
  • Dolor o sensibilidad en las áreas afectadas

Tipos de acné

El acné puede variar, desde casos leves con espinillas ocasionales hasta otros más graves con quistes inflamatorios dolorosos y molestos. 

  1. Acné comedoniano: Caracterizado por la presencia de comedones abiertos (puntos negros) y cerrados (puntos blancos).
  2. Acné inflamatorio: Incluye espinillas inflamadas, como pápulas y pústulas, que pueden ser dolorosas y sensibles al tacto.
  3. Acné nodular: Se caracteriza por la presencia de quistes profundos y dolorosos bajo la piel, que pueden dejar cicatrices permanentes.

Tratamientos anti-acné

Una buena rutina de cuidado de la piel, que incluya limpieza suave, exfoliación regular y el uso de productos no comedogénicos como los que puedes encontrar en la línea Purifying de Toskani, puede ayudar a prevenir y tratar el acné.

Por otra parte, los procedimientos médico-estéticos y dermatológicos, como la terapia con láser, la microdermoabrasión o la dermoabrasión pueden ser otras opciones para tratar el acné resistente a los tratamientos cosméticos. 

El tratamiento del acné hormonal también puede hacerse con la prescripción de anticonceptivos orales para la regulación hormonal, especialmente en mujeres jóvenes. 

Por último, los dermatólogos también pueden prescribir antibióticos de uso tópico, oral, o una combinación de ambos para reducir la producción de sebo, disminuir la inflamación y combatir las bacterias causantes del acné.

En caso de sufrir acné persistente o acné quístico en su tipología más grave, los expertos recomiendan consultar con un dermatólogo para poder comenzar cuanto antes con un tratamiento personalizado. 

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