En la búsqueda de una piel saludable y radiante, el uso de productos de cuidado facial se ha convertido en una parte esencial de nuestra rutina diaria. Entre estos productos, el sérum y la crema facial ocupan un lugar destacado, ya que ofrecen beneficios específicos para abordar una variedad de preocupaciones cutáneas. Sin embargo, a menudo surge una pregunta clave en la mente de quienes buscan una rutina de cuidado efectiva: ¿qué va antes, el sérum o la crema? Te damos la respuesta.
Diferencias entre el sérum y la crema facial
A la hora de cuidar nuestra piel, es esencial entender la función de los diferentes productos disponibles en el mercado. Dos de los más comunes y efectivos son el sérum y la crema facial. Ambos tienen sus propias características, ingredientes, beneficios y modo de aplicación.
¿Por qué se debe seguir un orden de aplicación?
Debes saber que en este caso, el orden de los factores sí altera el producto. Es fundamental seguir un orden de aplicación, ya que de no hacerlo estarás reduciendo la eficacia de los productos y de sus componentes. Cada uno de ellos está diseñado para realizar funciones específicas en el cuidado de la piel, y aplicarlos en el orden adecuado puede marcar la diferencia en los resultados que obtendremos.
¿El sérum se pone antes o después de la crema?
Ya hemos adelantado la respuesta al dilema, ¿qué va antes el sérum o la crema? En general, el sérum se debe aplicar antes de la crema facial. El sérum es una fórmula más ligera y concentrada que contiene ingredientes activos específicos, como antioxidantes, ácido hialurónico o vitamina C, destinados a tratar problemas particulares de la piel, como arrugas, manchas o deshidratación. Aplicar el sérum primero permite que estos ingredientes penetren profundamente en la piel y actúen de manera más efectiva.
¿Se deben aplicar ambos siempre?
Si bien tanto el sérum como la crema facial pueden ser beneficiosos para la piel, no siempre es necesario utilizar ambos en la misma rutina. La elección de si aplicar uno u otro, o ambos, depende en gran medida de las necesidades individuales de la piel y de los objetivos específicos de cuidado. Por ejemplo, si tienes la piel grasa, es posible que prefieras utilizar un sérum ligero sin necesidad de una crema facial adicional. Por otro lado, si buscas una hidratación intensa y duradera, combinar un sérum con una crema puede ser la mejor opción. Como siempre te recomendamos que te pongas en manos de un experto que sepa identificar tu tipo de piel y sus posibles tratamientos sus necesidades.